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En este discurso Antenor Orrego nos demuestra su sentido de conciencia nacional que no quiere decir el da la violencia, la preocupación que la aqueja por el porvenir de su patria pues la historia de un pueblo lo  hace prácticamente los que trabajan en faenas cotidianas y los que estudian diariamente ya sea en escuelas o universidades y si éstas no están basadas en la justicia tendremos como fruto solamente una futura generación de corrupción.


Camaradas:


    Una vez más voy a articular ante vosotros mi humilde palabra. Cada día mi esperanza en vuestra grandiosa misión histórica se afinca con más fuertes, con más entrañadas estribaciones religiosas. El traba­jador representa junto con el estudiante el elemento revelador, transfor­mador y renovador del mundo. El obrero y el estudiante peruano,- ¡OH dicha nuestra!- no están desligados de esa vasta tragedia universal que a estas horas está consumándose en todas las latitudes de la tierra. Mientras el egoísmo nacionalista gesticula en los histrionismos de la violencia y de la fuerza, vosotros levantáis como bandera, turgiendo las bigornias de vuestros pechos, la más elevada, la más pura, la más heroica emoción de la justicia histórica.


    Nunca podré olvidar el consuelo que me disteis en aquellos días trágicos de 1924, cuando la metralla perforó el pecho generoso de cen­tenares de nuestros hermanos y cuando las cárceles y las persecuciones gravitaban sobre todos aquellos que teníamos hambre y sed de justicia. Entonces ví que nuestra raza amamantaba héroes, que nuestro pueblo expoliado y sufrido era capaz de parir un continente nuevo. Entonces, también, recogido en mí mismo, replegada mi fe, mi esperanza, mi corazón y mi cerebro, en uno de aquellos instantes divinos de luz en que el alma cargada de tragedia constata el dolor de la injusticia, juré con­sagrar toda mi vida, la significación entera de mi obra espiritual, al servicio del oprimido.


    No sé si mis capacidades puedan consagrarse con eficacia a este sacerdocio, pero sé que desde entonces llevo una estrella en el alma que alumbra mis acciones; que mi vida y la vida total del mundo tiene un sentido más profundo, más noble y más generoso.


    Hay una característica que nos revela el alto grado del hombre contemporáneo. Esta característica es su clarividencia histórica. Jamás el hombre ha estado más sumergido en la vida global del mundo. Jamás ha sido de modo más intenso y más pleno la antena sensible del sincronismo histórico. Este sentido luminoso de los acontecimientos y del porvenir, este sentido de sus responsabilidades históricas es quizás el rasgo capital de su espíritu.


    Pues bien, en nuestro país y en América, mientras las clases dominantes marchan como soterradas en el pasado, el obrero y el estu­diante asumen la máxima contemporaneidad, la máxima conciencia histórica de su época.


    Camaradas: os agradezco la benevolencia con que me habéis escuchado, con que me escucháis en todo tiempo. De todas las satisfac­ciones de mi vida intelectual las más bellas, las más puras, las más gratas a mi corazón serán siempre las que me habéis dado.


    Esta es, camaradas, nuestra salvación. Vivís en la historia y para la historia. Los ciegos de nacimiento que no son nuestros gobernantes, nunca sabrán agradeceros lo bastante. Las universidades populares de nuestro país con todas sus deficiencias, con todos sus enormes vacíos, con todas sus insalvables improvisaciones, son las únicas sedes de la conciencia histórica, de la íntima conciencia de la época.


    Antes de terminar quiero que me acompañéis vosotros a rendir un homenaje al creador de estos centros populares, al propulsor de sus actividades primeras, aquel muchacho valeroso que apenas desprendido de los senos maternos ya tenía una amplia, una generosa, una noble, una aguda conciencia histórica. Ya sabéis que me refiero a Víctor Raúl Haya de la Torre.


    Caso estupefaciente el de este mozo, por lo mismo que su indi­vidualidad de hoy es el resultado de una paciente, de una fatigosa, de una dolorosa depuración. Esto en su vida es un ejemplo de lo que puede una fuerte y una buena voluntad. Antes de librar la ruda batalla externa contra las tinieblas, el libró en sí mismo la trágica batalla contra sus propias tinieblas interiores. Antes de ser el conductor de los demás, el fue el conductor y el maestro de si mismo. Entre la sensualidad y la volup­tuosidad hedonística, por un lado, y el sacrificio, el don de si mismo y sus responsabilidades, por otro, él supo elegir y alcanzar el camino más áspero. Optó por el amor antes que por la voluptuosidad pero sabiendo con entera conciencia que el amor asume enteras responsabilidades.


    Camaradas, yo he visto la eclosión y el crecimiento de esta alma exasperada de justicia. Yo he visto las siete caídas y he visto también las siete elevaciones angustiosas. Yo he visto los desgarros lacerantes, yo he visto los sudores sangrientos, y he visto chorrear el dolor de este corazón disputado por las fuerzas del mundo y por las fuerzas del espíritu. Alma cargada de humanidad hasta su fondo más íntimo, alma sedienta de ascensión que ha subido paso a paso el Calvario hasta arribar a la cima de las claridades.


     Figuraos lo que sufriría y sufre esta alma en un ambiente de egoísmo reptante, en un ambiente en que rara vez vibró la entera, la desgarrada pasión de un hombre que se entrega a una fe. País de una cultura escéptica, irónica y desconfiada que no cree en nada ni en nadie. Sin embargo, la pasión de Haya ha vencido; la pasión de Haya está creando una fe colectiva, capaz de reconstruir nuestra agónica nacionali­dad. Este es su mejor galardón.
 
    Camaradas: os agradezco la benevolencia con que me habéis escuchado, con que me escucháis en todo tiempo. De todas las satisfacciones de mi vida intelectual las mas bellas, las mas puras, las mas gratas a mi corazón serán siempre las que me habéis dado.


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Instituto de Investigaciones Cambio y Desarrollo (CYDES). Antenor Orrego: Obras Completas  . Editorial Pachacutec. Primera Edición, Setiembre de 1995. Tomo V, pag. 167-169

1 comentario

MIRIAM -

Realmente felicito a las jovenes que dedican su tiempo en cosas utiles como es esta elaboración de página.les animo a que sigan relaizando estos trabajos para un mayor enriquecimiento de quienes esntramos a buscar información.
mis mejores deseos y exitos .
Miriam