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El proyecto de integración Latinoamérica es una vieja aspiración vigente en el Perú y en Latinoamérica. En la medida, que otro aporte fundamental de la obra orreguiana se refiere a este tema, reflejada en “Pueblo Continente”.


LA CONVERGENCIA DE LOS CAMINOS


    La historia nos enseña, con múltiples ejemplos, que cuando nace un nuevo pueblo a la vida de la cultura .y, por lo tanto, a la vida de la historia, hay una colisión, en los estratos iniciales de dos o más pueblos, de dos o más culturas, de dos o más espíritus colectivos. Es ley de la historia que los pueblos se fecunden unos a otros y que, solamente, chocándose y fundiéndose puedan engendrar una continuidad y una superación biológicas. Cuando el cuerpo de una nación, la forma mate­rial y tangible a través de la cual se expresa un aspecto del espíritu universal no se halla ya en condiciones de ser un instrumento maleable y flexible a las nuevas exigencias; cuando se ha anquilosado y endurecido hasta el punto de estar imposibilitado para permeabilizar las renovadas impulsiones de la historia y continuar el proceso evolutivo, ese cuerpo debe perecer para dar paso a una nueva estructura orgánica que sea capaz de responder por su flexibilidad y por su juventud a la articulación de destinos superiores.


    En algunos casos -en los más-, si es que atendemos sólo a la perspectiva histórica conocida, no pasa de un mero sacudimiento dramático, pero, en América son tales los caracteres de violencia en el choque, tales las trepidaciones, con que se produce, que alcanza las proporciones de una verdadera catástrofe, de una tremenda deflagración síquica que no puede compararse siquiera, con la más grande colisión del mundo occidental: la invasión del Imperio Romano por los bárbaros. La avalancha de las tribus germanas del norte sobre las tierras del Mediodía, nos ofrece un campo de estudio, rico en incitaciones, para comprender algunos de los aspectos más sugestivos de la Conquista española.


    La amplitud de la catástrofe americana está en relación con la amplitud de la construcción futura. No se aventura nada al decir que no es ya un simple matiz de raza o de cultura el que va a expresarse en el Nuevo Continente, sino un aspecto fundamental y nuevo del espíritu universal. En verdad, una nueva criatura cósmica es la que está estruc­turándose en sus entrañas; un nuevo mensaje humano, el que está surgiendo de sus senos juveniles. América importa para la cultura del mundo contemporáneo, lo que Europa importo' para la cultura del mundo antiguo: lo que el Cristianismo significó, como transformación espiritual, para el mundo de la Antigüedad. Mas, como todo gran proceso histórico no es rectilíneo sino en espiral, como lo pensó Goethe, en que cada círculo concéntrico abraza una mayor y más dilatada trayec­toria, América está destinada a una .más amplia proyección cultural y humana. No se trata de un simple mesianismo colectivo: se trata de una correlación dialéctica que se hace patente a poco que observemos con ojos profundos la vida continental presente en relación con el porvenir, a poco que la inteligencia del pensador valúe el sentido total y racional del proceso.


    América fue y es todavía un punto crucial del mundo, de donde había de arrancar una nueva modalidad superada con respecto a las épocas anteriores. Todo nos revela este significado trascendente de su misión.
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Instituto de Investigaciones Cambio y Desarrollo (CYDES). Antenor Orrego: Obras Completas. Editorial Pachacutec. Primera Edición, Setiembre de 1995. Tomo I, pag. 13

 

2 comentarios

Alvaro Ortiz -

Tal vez, cuando se hayan cubierto las necesidades básicas de la población, menos política autofavoritista y un espiritú de hermandad entre todos los latinoamercanos, se pueda llegar.

ruby sanchez -

muy interesante la informacion :) felicitaciones