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Antenor Orrego Espinoza nació en Montán, Cajabamba, una provincia de Cajamarca, en 1892 y llegó a Trujillo en los primeros años de 1900. Como muchos elementos lúcidos de su generación, cursó estudios secundarios en el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo, donde traba amistad con José Eulogio Garrido Espi­noza y los hermanos Víctor Raúl y Agustín Haya de la Torre. De­bió de ser un alumno aprovechado para llegar a ser pasante del idioma inglés, cargo con el que lo recuerda Víctor Raúl.

 

Hacia 1910 inicia sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de La Libertad, de donde surge a la palestra, al ganar el concurso literario organizado por el periódi­co "La Nación" de Lima, con el ensayo "Arte Moderno", en enero de 1914. Por esos años, ya se había incorporado también al Centro Universitario que lidera Garrido, así como asume la Jefatura de Redacción de "La Reforma" y luego en "La Libertad"; ascendiendo a la dirección de la primera publicación hacia 1915 y en donde se da a conocer una página completa con los versos de Vallejo, Spelu­cín, Xandóval, Imaña, Eloy Espinoza, Federico Esquerre, Agustín Haya de la Torre y Juan Manuel Sotero: son los años también en que Orrego, inicia sus reflexiones sobre la exten­sión universitaria y las universidades populares.

La incursión en dichos medios le permiten a Qrrego, iniciar todo un proceso de crítica y denuncia de los problemas educativos, sociales y políticos de la localidad y el Valle de Chicama. Parale­lamente y a través de su participación en el Centro Universitario. VII ganando liderazgo de su generación, en base a su inteligencia agu­da y decidida opción por la defensa de los sectores secularmente explotados. El liderazgo intelectual lo vinculará estrechamente con Garrido, iniciando así una amistad que se agranda con la formación del movimiento cultural Bohemia de Trujillo o Grupo Norte hacia 1916, en la que éste cumple un rol promotor y animador, incluso disponiendo de sus recursos en beneficio del grupo.

En pleno proceso de formación del Grupo Norte se produce el incendio y asonada en Santiago de Chuco, el mismo que involu­cra injustamente a César Vallejo, incluyendo su internamiento en una prisión de Trujillo en 1920, donde permanecerá 112 días. El movimiento cultural, al mismo tiempo que es remecido por la men­cionada injusticia, hacia 1922 experimenta una crisis de crecimien­to, motivando la migración de Haya de la Torre y César Vallejo hacia Lima, y de Alcides Spelucín hacia Centro América y los Es­tados Unidos de Norteamérica. Mientras los amigos salen de Truji­llo en busca de nuevos horizontes, Orrego acentúa su identificación con los trabajadores de los valles Chicama y Santa Catalina; situa­ción que genera un impacto político sospechoso en las autoridades locales, motivando que el Prefecto de La Libertad, Molina Dertea­no, ordene la clausura del periódico "La Libertad" y al arresto de Orrego. La creciente represión, obliga a Orrego viajar a Lima, "por primera vez".

Estando en la ciudad capital y al leer por primera vez el manuscrito de "Trilce", conviene con Vallejo para hacer el históri­co prólogo, que anuncia la consagración del vate santiaguino. Este hecho que se repetirá más tarde con otros creadores de su generación, no sólo es una muestra fraternal de Orrego, para un contertulio de la bohemia trujillana, sino sobre todo, expresa la anunciación de un hecho artístico de trascendencia que sólo la historia ha podi­do confirmar con creces. Como evidencian los acontecimientos del periodo, los años iniciales de la década de 1920 son muy fructífe­ros, porque también en 1922 Antenor Orrego, publica su obra "No­tas Marginales".

Mientras tanto, Spelucín retorna de Centro América. Orre­go, que se encontraba en Lima con pasaporte en la mano para viajar también al extranjero, cambió el rumbo de su destino, ante la pro­puesta de Spelucín para crear un periódico. Y así fue. Canceló su viaje y retornó a Trujillo junto con Spelucín y emprendieron la pu­blicación de "El Norte", empresa con la que se dio inicio a una nueva etapa del movimiento cultural iniciado en 1916. De esta ma­nera, estaba perfilando su destino de mantenerse en el Perú y Amé­rica, mientras que sus amigos y los de su generación salían al ex­tranjero; ya sea por asumir disciplinada y apasionadamente su compromiso cultural y social o porque el ser del latinoamericano no hay que buscarlo afuera sino aquí mismo.

A la par con su tarea periodística. Orrego dicta conferencias y despliega una intensa actividad intelectual. La práctica de la ex­tensión universitaria y su progresiva vinculación con los sectores populares, son evidentes. En esta tarea, los medios de comunica­ción en las que tiene acceso y las universidades populares de Truji­llo que funcionan desde 1918, son su instrumento principal. Una crónica local informa que en julio de 1925, se le encuentra diser­tando sobre "Democracia" en el Centro Sportivo y de Cultura "Unión". Del mismo modo, en mayo de 1926, es homenajeado como "joven maestro de la generación peruana de vanguardia". Y desde el primer número, inicia su colaboración con la revista "Amauta" de Mariátegui; la misma que incluye la entrega de artícu­los y la coordinación de la colaboración trujillana, así como la dis­tribución de dicha publicación en Trujillo, a través de las oficinas de "El Norte".

En la segunda parte de la década de 1920, las actividades de Orrego, en los campos cultural y social, son intensas. En 1926 se publica "El Libro de la Nave Dorada" de Spelucín con prólogo de Orrego. En 1927 invita a Ciro Alegría a colaborar con "El Norte'.'. La represión ordenada por el nuevo prefecto de apellido Lama se mantiene; efectivizándose con su prisión en 1927 y 1929, con pro­yecciones represivas en los años siguientes, premonición de lo que se venía con la Revolución Popular de Trujillo del 7 de julio de 1932. Estas medidas, en realidad, se inician con anterioridad a los sucesos de Trujillo y comprenden a Orrego y otros líderes apristas; de tal manera que las mazmorras del Real Felipe y el Frontón en el Callao, son repletados con prisioneros políticos.

La situación descrita anteriormente, con breves intervalos, se mantendrá en los siguientes años, la misma que se inicia durante el gobierno de Luis M. Sánchez Cerro, continúa con el de Oscar R. Benavides, hasta que a fines de 1939 y luego de siete años de pri­sión, Orrego sale en libertad en base a la amnistía decretada por Manuel Prado. En estas penosas circunstancias saldrá a luz en 1937 su obra capital "Pueblo Continente", dedicado a uno de los mártires de su partido, el dirigente Manuel Arévalo. Hacia 1944 retorna una vez más a la prisión, circunstancia en que prologa el libro La Di­mensión de la Piedra" del poeta Julio Garrido Malaver, otro prisio­nero y aprista como él. La recuperación de su libertad se producirá en 1945, con motivo del gobierno de José Luis Bustamante y Rive­ro, un aliado del APRA y cuyo período es conocido por no pocos historiadores como la segunda experiencia democrática habida en todo el período republicado del Perú (la primera sería el de Nicolás de Piérola durante 1895-1900). Por lo mismo, la interrupción de este proceso en 1948, por obra y gracia del General Manuel A. Odría, ya no era extraño. El reinicio de la persecución política era evidente. Era lógico que para entonces el gran diario "El Norte" había dejado de circular, por lo que el APRA, conocedor de la tra­yectoria de Orrego, en 1949, le encarga a éste, la dirección de "La Tribuna" por entonces vocero oficial clandestino del partido. A la culminación del ochenio de Odría, con Manuel Prado Ugarteche en el gobierno, Orrego recupera su libertad en 1956. El siguiente año reedita "Pueblo Continente", el mismo que recién encuentra una difusión más amplia; retomando así por un lapso breve su práctica de promotor cultural y reflexión filosófica.

 Orrrego, ha ocupado en vida cargos públicos de importancia, a más de su función como conductor del Grupo Norte y dirigente regional y nacional del APRA. Entre los cargos públicos de mayor relevancia, destacan la que en 1945 fue electo Senador de la Repú­blica por La Libertad, y en 1946, luego de superar un mezquino regateo, fue ungido Rector de la Universidad, también de La Liber­tad. La referencia a estas funciones públicas y formales, sin embar­go, no obvia el reconocimiento de que Orrego y su generación, promotores del cambio de las estructuras económico sociales y en su mayoría conductores de las universidades populares, valoraron la Educación Popular y la formación autodidacta y hasta antiuni­versitaria de las nuevas generaciones -como algunos prefirieron ubicarse-, en la medida de su opción definida de recusar todo lo pasado y fundar una nueva conciencia nacional y latinoamericana.

Un acercamiento a la valoración de la vida de Orrego, no puede ignorar lo siguiente: Un señero rol en la formación, funcio­namiento y proyección del Grupo Norte; infundiéndole trascenden­cia, a partir de su versación filosófica. Un aporte sincero en la difu­sión de la revista "Amauta" en Trujillo; vinculación que no conclu­yó ni con la formación del APRA ni con la ruptura Haya - Mariá­tegui. Un rol fundamental para la difusión del aprismo en el norte, a través del Centro Universitario, las Universidades Populares, el periódico El Norte y el fortalecimiento orgánico partidario.

Antenor Orrego Espinoza, murió en 1960, en Lima. A la fe­cha, una universidad privada, más de un centro educativo y más de una avenida o calle en Trujillo, llevan su ilustre nombre. En 1966 se da a conocer póstumamente su obra "Hacia un Humanismo Americano", donde retoma los planteamientos de "Pueblo Conti­nente" e incorpora otros aportes en torno al pensamiento latinoame­ricano

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Ramos Rau, Demetrio. Pensadores Norteños. ABC Publicidad S.A.C.  Primera Edición, Julio del 2004.

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