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Presentación

 

Lao Tse decía “Que la perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos". Eso lo he visto recorrer por tus venas Maestro Antenor. De verdad que al estudiar tu vida, tu obra, tus sueños y tus preguntas me han dado ganas de abrazarte en la eternidad para decirte: aquí me tienes maestro para emprender la obra de salvar al mundo de la inequidad existente.

 

 

Te imagino diciendo “El hombre sin pasiones es un ex hombre, un ex ser”. Sabías maestro que las pasiones son las que nos elevan a la transformación de nosotros mismos, de nuestra familia y de nuestra sociedad.

Te imagino escribiendo “La educación no es inculcar y modelar; la educación es revelar, conducir y ennoblecer. El alma humana es demasiado sagrada para que nadie tenga la pretensión de modelarla a su capricho”. Seguramente cuando esto escribías lo hacías pensando en las generaciones como la nuestra que necesita ser conducida a una cultura de la solidaridad para resolver los problemas que nos aquejan. Seguramente pensabas que se le debía dar al niño y al joven raíces para no caer con las arremetidas del viento, pero también alas para poder volar a donde su imaginación noble lo conduzca.

Te imagino en una tribuna diciendo sabiamente “La universidad ha tenido una semi cultura de gabinete y de pupitre pero no ha tenido ni tiene una verdadera cultura vital. La cultura hay que vivirla en principio y vivirla en acción.” Era que tu corazón te pedía gritar el problema de la cultura a los cuatro vientos. Estoy seguro que hoy lo volverías a repetir porque la cultura se está convirtiendo en una cosa obsoleta a la que los gobiernos no le prestan atención alguna. Y es que – maestro – saben que con la cultura se forman los hombres y mujeres que van a alumbrar al mundo hacia un mejor destino. Saben que con el acceso a la cultura habrán más Antenores gritando cosas buenas para este mundo.

Finalmente quiero dedicarte este pequeño esfuerzo que hemos realizado las alumnas del Colegio “La Asunción” que participamos en esta actividad ya no por ganar un premio. El premio ya no le hemos ganado aprendiendo algo de tus enseñanzas y jamás se borrarán de nosotras esas palabras dirigidas a nosotros, que aún nos huelen a esperanza: “No hay más cobardía que no hacer tu acción o no decir tu palabra”.



Hasta la eternidad maestro Antenor.



Tus alumnas del Colegio La Asunción.